domingo, 2 de enero de 2011

¿como convertirse en un vampiro?

La manera más común de convertirse en vampiro, por supuesto, ser mordido por un vampiro. Pero no todos los métodos de transformación son tan conocidos; algunos, son de hecho bastante complicados de comprender, ya que es imposible establecer un nexo entre ciertos actos, en apariencia inocentes, y su posterior consecuencia como desencadenante de una transformación vampírica.

En Hungría, por ejemplo, se condenó a una mujer en el siglo XIII por haber concebido durante un viernes santo y luego destetar al bebé prematuramente. Como todos sabemos, o simulamos saber, esta es una clara señal de que el niño sería un vampiro.

Las incongruencias siguen, aunque algunas mantienen cierto método racional: En europa occidental, si alguna mujer no consumía suficiente sal durante el embarazo sería la madre de un no-vivo. En esta tradición, se asocia un remedio tradicional contra el demonio, y se lo aplica ante la posible aparición de uno de sus agentes: el vampiro.

Pero las formas más populares de convertirse en un vampiro eran mediante el suicidio y la brujería. Hoy podemos burlarnos de tales supercherías, pero en su momento se trataban de verdades incuestionables para el común de la gente. Incluso durante la fiebre inquisidora, en la cual se quemaban cientos de personas basándose en argumentos pueriles, el clero había logrado que los reinos europeos adquiriesen un asistente para sus verdugos, cuya tarea consistía en evitar que las brujas y magos negros se apropiasen del semen que solía brotar de los condenados a la horca; el cual era utilizado en distintas pociones, con el único fin de conseguir que los muertos se alcen de sus tumbas.

Claro que no todos lo métodos de transformarse en vampiros eran tan espantosos: Por ejemplo, los errores gramaticales del latín pronunciados durante un entierro también eran factores a tener en cuenta. Existía también algo que sucedía poco, incluso en aquella época llena de prodigios; y era la transformación por la pasión. Nos explicamos:

Aquí no se trata de una maldición adquirida, ni de oscuros ritos al amparo de la noche; sino de un llamado de la sangre, algo predestinado. El alma de unvampiro puro vibra en el cuerpo de un humano adecuado, influye en sus pensamientos, aviva sus deseos, exalta sus sentidos. Con el tiempo llega la derrota, tan inevitable cómo anhelada. El hombre se abandona con dulzura a su pasión; y contempla la Noche con nuevos ojos.

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